Barcelona (08/11/2007).- Con la llegada del francés Bernard Lapasset al alto mando de la International Rugby Board (IRB), se duplicaron las expectativas favorables de una probable incorporación de los Pumas a un certamen de jerarquía internacional.
La cierta afinidad que une al directivo galo con la Argentina, volvió a hacerse pública cuando Lapasset afirmó que una de las prioridades de su nuevo rol será estudiar el " expediente argentino " y la impostergable inclusión de los Pumas en un torneo regular conformado por potencias.
Esta respuesta, por ahora positiva, actuó a modo de reacción inmediata frente a la contundente actuación que los dirigidos por Marcelo Loffreda registraron en Francia, durante el transcurso de la última Copa del Mundo.
Pero las posibilidades de que la Argentina pase a transformarse en un séptimo país participante del Seis Naciones encontraron poco asidero, cuando el propio Lapasset afirmó que " el lugar de los Pumas debería ser el Tres Naciones, junto a las demás potencias del sur ".
Estas declaraciones ahogaron en parte las esperanzas de muchos entusiastas de Bruselas y Barcelona, las dos ciudades europeas que competirían por ser tenidas en cuenta como punto de encuentro de los argentinos.
En términos económicos, la capital belga correría con alguna ventaja, por la buena infraestructura que podría poner a disposición de los sudamericanos. Pero Barcelona tendría a favor algunos otros factores también importantes, como el idioma, la presencia de numerosos argentinos en los clubes locales, y un público tal vez mucho más adepto y más conocedor de sus jugadores.
Según el presidente de la Federación Catalana, Xavier Albert, para que la llegada de los Pumas a Barcelona fuera posible, se deberían determinar las instalaciones de entrenamiento y concentración, los medios de traslado y fundamentalmente el escenario de juego, que en principio podría ser el estadio Olímpico de Montjuïc, donde habitualmente se desempeña el club de fútbol Espanyol (dejará de hacerlo a partir de la próxima temporada).
Las ideas están a la vista, y las expectativas también, especialmente porque toda la dirigencia catalana sabe que formar parte del Seis Naciones representaría para la ciudad, y para España, un paso adelante en la difusión de esta disciplina.
De todas formas, la respuesta positiva o negativa a esta propuesta deberá someterse antes a innumerables filtros, la mayoría de los cuales responderán a intereses económicos.
With the arrival of French Bernard Lapasset to the high command of the International Rugby Board (IRB), doubled the expectations of a favorable likely incorporating the Pumas to a contest of hierarchy.Plaza de las Glorias | Wikipedia
Barcelona (08/11/2007) - With the arrival of French Bernard Lapasset to the high command of the International Rugby Board (IRB), doubled the expectations of a favorable likely incorporating the Pumas to a contest of hierarchy.
The degree of affinity that binds the manager galo with Argentina, again made public when Lapasset said that a priority of his new role will be to study the "dossier Argentine" and the urgent inclusion of the Pumas in a regular tournament consisting of powers.
The answer, for now positive, acted as an immediate reaction to the strong performance compared to those run by Marcelo Loffreda recorded in France during the last World Cup.
But the chances that Argentina pass to become the seventh country participant Six Nations found little grip when the same Lapasset said that "instead of the Pumas should be the Three Nations, along with the other powers in the south."
These statements drowned in part the hopes of many enthusiasts Brussels and Barcelona, the two European cities to compete to be considered as the meeting point for the Argentines.
In economic terms, the Belgian capital run with some advantage, good infrastructure that could make available to the South Americans. But Barcelona would favor some other important factors, such as language, the presence of many Argentines in the local clubs, and an audience perhaps more adept and more familiar with his players.
According to the president of the Catalan Federation, Xavier Albert, for the arrival of the Pumas to Barcelona possible, should determine the concentration and training facilities, means of movement and primarily the stage of the game, which in principle could be the Montjuic Olympic Stadium, which usually serves the football club Espanyol (fail to do so beginning next season).
The ideas are there, and expectations as well, especially since the entire leadership Catalan knows that part of the Six Nations would give the city, and for Spain, a step in the dissemination of this discipline.
Anyway, positive or negative response to this proposal must undergo before countless filters, most of which respond to economic interests.
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